Alojamiento de lujo rural en la montaña Gallega

La estancia en casa pazo da pena fue estupenda. Un trato personalizado,una gente encantadora y un servicio inmejorable. La verdad que hemos quedado muy contentos,tanto con las vistas,la tranquilidad,las habitaciones,las visitas guiadas por la casa... Nosotros llegamos con retraso,a las tantas de la noche y ellos se preocuparon de saber si nos pasara algo con llamadas y mensajes. Al llegar nos recibieron con una sonrisa. Estuvimos dos noches,pero para la próxima intentaremos alargar la estancia,y se lo hemos recomendado a amigos y familia. En el pazo podemos ver muebles antiguos,libros...incluso una estancia que cuenta con un lucernario. A quién le guste lo antiguo,debe visitar el pazo,que también cuenta con comida ecológica y típica del lugar,así como vinos de la zona. Sin más,dejo mi opinión para que quede constancia de nuestro paso por la casa pazo da pena,de manzaneda. Un saludo. MAIKEL E INÉS. A CORUÑA.

Todo el alojamiento con mucho encanto y la comida fantastica, el trato del personal maravilloso, tiene cada havitación con distinta decoración,combina moviliario antiguo y moderno, los baños modernos y algunos con jacuzzi . Rodeado por unos paisajes espectaculares.

En pocos sitios me ha pasado...pero nada más entrar ya tenía ganas de volver! Rara vez las fotos desmerecen unas instalaciones con tanto encanto y con tanto mimo en los detalles, nada está dejado al azar, todo perfectamente estudiado y haciendo patria. Decoración respetuosa con el entorno y la historia del edificio, a la par que moderna sin estar sobrecargada. Nada que envidiar a hoteles de 5* en los que me he alojado, con el añadido de un entorno de paz y tranquilidad. La restauración correcta y el personal amable. La relación calidad-precio me parece muy buena en comparación con los alojamientos de la zona. Se nota que invierten en mejora continua y el estado de conservación del pazo con todas sus instalaciones es inmejorable. Intentaremos volver en primavera para seguir descubriendo los encantos del lugar y del pazo.

Un sitio muy recomendable. Típico Pazo gallego restaurado con mucho gusto. Trato exquisito y la cena elaborada con productos de la zona, riquísima. Para los que gusten de la naturaleza, está rodeado de paz y tranquilidad. Además, está muy cerca de la estación de esquí de Manzaneda. Merece la pena.

Hemos pasado un fin de semana de lujo. Estuvimos en la habitación a labranza, toda la decoración es preciosa, muy grande, la cama muy cómoda, la bañera con jacuzzi genial. Y todas las estancias del pazo son muy bonitas y acogedoras. La zona es ideal para hacer senderismo, nosotros hicimos la ruta del valle glaciar de Prada, muy recomendable, también se merece una visita al souto de Rozabales sobre todo en otoño cuando está lleno de castañas.

Estuvimos alojados un fin de semana mi parejo y yo y unos amigos. El entorno es ideal para desconectar y el pazo es una pasada. Todas las habitaciones son distintas, cada una está decorada de distinta manera. Tiene varias zonas comunes donde estar todos juntos. El personal una maravilla, siempre atentos por si nos faltaba algo. Espero volver, sin dudarlo!!!

Hemos estado mi marido y yo una noche con el paquete escapada romántica en la habitación La Trasfega y la verdad es que hemos quedado encantados. El sitio es tal y como se ve en las fotos o incluso mejor, la atención maravillosa, miman y cuidan al visitante con un montón de detalles. Recomiendo 100% el sitio.

Quedamos gratamente sorprendidos con este lugar, el gusto exquisito como está restaurado integrando todas las comodidades de un hotel de 5 estrellas, cada habitación decorada distinta, relax total, buena insonorización y la amabilidad de quien lo regenta, con un trato familiar, hace un lugar de encanto.

Lo que en un tiempo pudo haber sido una casa feudal, hoy es un encantado paso familiar, en el que la desconexión está asegurada, sus magníficos viñedos y jardines además de los curiosos museos que posee dicho hotelero, hace que nos sumerjamos en lo que podría haber sido la vida de nuestros antepasados. En cuanto a las habitaciones, están decoradas con mucho cariño, son acogedoras y con mucha luz, algo que me gusta mucho, cuando estoy de vacaciones y no hay horarios. Por último, el trato con la gente que regenta el paso, fue buenísimo y sobre todo fueron muy amables, además la comida que es típica de la zona, estaba buenísima. Estoy segura que volveremos.

Totalmente recomendable. Un pazo restaurado con mucho gusto, manteniendo el estilo de la zona. Muy limpio, muy cómodo y sobre todo muy tranquilo.El desayuno tipo continental, pero con zumo natural acabado de exprimir y la famosa bica de Trives. Una delicia.